Faltaría más. Este verano del 2022 en nuestras boutiques cafeteras de plaza Gipuzkoa, calle Fuenterrabia y Reina Regente sigue habiendo deliciosos ‘chutes’ (shoooot) frappés.
Panchito tiene tanta sabiduría acumulada que es capaz de refrescar y montar en batidora y/o coctelera un capuccino o un yogur de frutos rojos. Frappés de vainilla, de caramelo. Con o sin café.
Faltaría más. En verano, café con hielo, café batido. Café freddo. ¿Por qué no prepararnos en casa y llevárnoslo a la terraza, al balcón o al mirador un buen cold brew molido ligeramente grueso y que habremos dejado macerar durante casi 24 horas? ¿Por qué no soñar con un affogato italiano que hace explosionar el sabor de un buen helado de vainilla (de Madagascar, por favor) al entrar en contacto con un café Nicaragua caracolillo?
¿Por qué no descubrir en nuestras vacaciones, nuestras escapadas, nuestras deambulaciones por los mejores templos urbanos de café de especialidad preparaciones casi revolucionarias como el Cold drip o el Nitro café? Y si hace ya tiempo que aprendisteis a amar la tónica…. ¿ nos pedimos un Café tonic?
Y luego, a más de más, los clásicos de la coctelería mundial. En sitios cercanos a cualquiera de nuestras embajadas cafeteras, en localess como Bagazo o The Blind Pig nos insistirán para que rematemos el picoteo o esperemos el atardecer con un Espresso Martini, un clásico instantáneo desde que el camarero Dick Bradsell de la Soho Brasserie de Londres lo inventó un día de 1984.
Parte el Espresso Martini de un buen vodka que en nuestro caso podría ser ese tan fabuloso elaborado por los Basque Moonshiners (nombre reservado en los Estados Unidos de América a los destiladores clandestinos) que a pesar de que tienen su destilería en la calle Düsseldorf resulta que no es rúa germánica sino de Vitoria-Gasteiz. El vodka Basmoon desprende un toque meloso, es artesanal y por supuesto, la materia prima es la patata alavesa.
Pero cóctel tan singular necesita igualmente de un licor de café que, repetimos, en nuestro caso bien podría ser, porque está presente en todas nuestras boutiques, el muy famoso de la Licorera Vasca Olañeta, fundada allá por los años 20 del siglo XX y con sede actual en el paseo de Egiburuberri, Errenteria. Aunque si veraneáis por Galicia, costumbre es que en cada casa de cada parroquia cada cual macere su propio licor; que siempre lleva su cascarita de limón y de naranja amén de su canela y alguna hierba que nadie revela….
El Espresso Martini se prepara pues con vodka y licor de café. Con azúcar líquido y na-tu-ral-men-te, café. Seguro que nuestro maestro de ceremonias, el gran Panchito, elegiría, por ejemplo, un Pico Cristóbal… No, el Espresso Martini no lleva vermú. El nombre de Martini se lo da la copa especial en la que se ha de servir, evolución perfectísima de la de champagne e invento magno presentado en la Exposición de París de 1925.
Se diría que ya tuviésemos todas las bebidas posibles para este verano. Desde un café con tónica hasta un affogato pasando por cualquier delicia frappé. Pues no. Porque desde hace unos cuantos días, tampoco tantos, en nuestras delegaciones de la calle Fuenterrabia y plaza Gipuzkoa Panchito nos propone cuatro tipos de Smoothies, denominación de origen de lo que, según Wikipedia es un batido de fruta, una bebida cremosa no alcohólica preparada a base de trozos y zumos de fruta mezclados tradicionalmente con productos lácteos, hielo o helado. Su base líquida puede ser agua, leche o yogur; hielo y pulpa de fruta.
Hay cientos de combinaciones posibles. También de café, por supuesto (en las redes hay diez recetas posibles de coffee-smoothie) pero la propuesta de Panchito que arrasa entre los primeros veraneantes y los autóctonos sedientos incluye cuatro variedades. 100% saludables. 100% naturales. 100% veraniegas. 100% ricas.
Está el smoothie de kale (esa col rizada, esa Brassica oleracea, de la variedad sabellica con mucha vitamina C y K que se nos ha puesto tan de moda…) espinaca (que le daba tanta fuerza a Popeye, el marino noviete de Oliva porque contiene fibra, vitamina A, B1, B2, C, K, calcio, fósforo, hierro, ácido fólico, magnesio, zinc y betacarotenos) y mango (esa fruta dulce, jugosa, oblonga con más de 500 variedades solo en La India).
Está también el de aguacate (otro de los auténticos ‘influencers’ de la gastronomía actual; baya comestible que ya degustaban con placer hace 10.000 años en Coaxcatlán, actual México) , coco y mango. Todo combinado con leche de coco y arroz.
Pero hay dos combinaciones que realmente arrasan en el eje Fuenterrabia-plaza Gipuzkoa esquina con Andia. Una, resulta ser el sorprendente smoothie elaborado con açai, baya amazónica a la que llaman en las redes elixir de la juventud pues su pulpa llega a contener por cada 100 gramos 8,1 de proteína y 260 miligramos de calcio amén de antioxidantes y…), banana y leche de arroz y coco. La otra tentación es del color mismo de la pasión y la prepara Panchito con remolacha (planta más que mediterránea y a pesar de su nombre, Beta vulgaris, tan sorprendente. ‘La hortaliza roja’ la llaman y combina de impresión con mango, piña y… ¡jengibre!, una de las primeras especias orientales que Occidente conoció. La cocina asiática sería distinta sin ella. Y nuestra coctelería también porque el jengibre es la esencia del ginger ale, imprescindible en preparados como Ginger Buck (con ginebra y jugo de limón) o el Horse´s Neck (bourbon o whisky blended malt y mucho, mucho limón en el vaso…)
Smoothies. De Panchito. Con açai. Con remolacha. Con… Pero jamás rechazaremos un buen café. Ni un gran té. Tomemos uno verde, mismamente nuestro Jardines de Mogador con menta y pétalos de rosa…
Feliz, refrescante, saludable verano. Que la vida os sea, eso, smoothie: suave, ligera, sabrosa.
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