En compañía, por supuesto, de Maestro Panchito. Sus anfitriones desde hace tantas décadas, los Larzabal Ciriquiain, habría hecho buenas migas con la familia, la dinastía del señor Manuel Rui Azinhais Nabeiro, hijo de Manuel dos Santos Nabeiro y Maria de Jesus Azinhais, esposo de Alice do Carmo Gonçalves y padre de Joao Manuel y de Helena Maria.
Podrían ser amigos. Platicarían ahí, en el Centro de Ciência do Café, de granos, altitudes, notas, productores, cultivos. Discutirían sobre el torrefacto (ese Café Camelo, gran reserva” tostado en el punto justo y enriquecido con azúcares siguiendo el método exclusivo de Portugal, donde también aprecian, y cuánto, las variedades Robusta) y hablarían de granos verdes llegados de Luanda o Timor.
Charlarían, sí. Allá. En el 171 de Herdade das Argamassas. En Campo Maior. En el Alto Alentejo, limítrofe por el sur con Alburquerque y Badajoz. El Centro de Ciência do Café abrió sus puertas en 2014 y es laboratorio, museo, degustación, escuela, terreno de juegos, conferencias, tostadero. Puede ser cualquier cosa. Hay sitio para toda pasión o investigación cafetera. No en vano ocupa 3.426 metros cuadrados de unas tierras deseadas por reyes y recordadas siempre por quienes de ellas se fueron a la emigración.
Hasta cumpleaños se han celebrado en esos tres kilómetros cuadrados y largos. Una de las fiestas de aniversario más importantes tuvo lugar allá el 28 de marzo de 2021. Se cuenta en un libro magnífico del cual, , no cabe duda, los Gonçalves Nabeiro regalarían a los donostiarras un ejemplar en su versión original, ‘Almoço de Domingo’, y los Larzabal Ciriquiain su traducción al castellano, ‘Comida de Domingo’.
Lo escribió hace dos años uno de los grandes nombres de la literatura portuguesa, José Luís Peixoto e inmediatamente se hizo con el Premio Bertrand al Libro del Año de Ficción Lusófona. Se editó, traducido, exquisitamente, por Antonio Sáez Delgado, en nuestro país el pasado abril, solo unos días después del fallecimiento de quien es su personaje principal, el señor Rui Nabeiro; solo unos días antes de que en Portugal se recordase que el 24 del mes cuarto de 1974 estalló la Revolución de los claveles.
Es una biografía excepcional. La del muchachillo, hijo amado de una carnicera excelente y del chófer del terrateniente de Campo Maior, hermano de Antonio, Clarisse y Cremilde, que acabó fundando el gran imperio portugués del café, Delta, hoy un conglomerado de 22 empresas (vinos, aceites…) con presencia no solo en el país de Camoens y Manoel de Oliveira sino también en Angola, Mozambique, Macao. Extremadura, Salamanca…
Charlarían los Gonçalves Nabeiro ylos Larzabal Ciriquiain de cápsulas de sabores y aromas novísimos o de tés asombrosos. Les contarían los Nabeiro a los Larzabal cómo fue la ceremonia popular, íntima, intensa, del nonagésimo cumpleaños de su bisabuelo, su abuelo, su padre. Fue el 28 de marzo de 2021 y Peixoto lo narra con tono melancólico y con ese sabor justo de amargor, acidez y dulzura que han de tener los mejores cafés. El senhor Rui, el comendador de Campo Maior, siente en esa gran fiesta no solo la presencia cálida de su mujer, a la que ha amado desde antes de 1957 y siempre con locura, de sus hijos, nietos, biznietos, yernos y nueras sino la igualmente acogedora pero también tibiamente sobrecogedora de aquellos que ya no están (padre, madre, hermana, hermano…) pero que siguen siendo.
Impregnada cada una de sus páginas por el aroma de café (el niño que vuelve a casa después de hacer los recados y sabe que su madre le ha prometido un tazón de leche –con su nata- y al llegar ve , también, la cafetera sobre el fuego del fogón y a su madre abriendo la lata del torrefacto…), en esta ‘Almoço de Domingo/Comida de Domingo se mascan igualmente la tierra aun sin asfaltar, el miedo frío al cruzar la frontera con productos que tanto los de un lado como los del otro deeaban. Se huele la pólvora de La Guerra Civil, se mezclan las lenguas.
Han escrito que Portugal entero se quedó fascinado cuando supo que uno de “sus escritores más celebrados” estaba escribiendo sobre “el empresario más querido”.
Estaba escribiendo algo que no iba a ser ni una novela al uso, ni una biografía al uso, ni unas memorias al uso. A los tres meses de su publicación se habían vendido 30.000 ejemplares. Fue el mismo Nabeiro (valiente como hombre de negocios, tremendo en su compromiso social) quien le pidió a Peixoto que escribiera su biografía. Y lo hizo pero Comida de domingo no es una biografía. Es otra cosa. Quizás un juego entre los pasados y los presentes.. Una historia del café, la memoria de un paisaje.
Aquel día de 2021 Rui Nabeiro cumplió 90 años. Un tiempo más tarde, tantas tazas de café después, podemos imaginar a sus descendientes y a los Larzabal Ciriquiain disfrutando juntos de la lectura de ‘Almoço de Domingo’; sentados al lado de Maestro Panchito, bajo los árboles de la plaza Gipuzkoa. Tan lejos, tan cerca de Campo Maior.
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