Ningún buen gourmet puede no conocer esta historia. Se estudia en todas las academias gastronómicas del globo terráqueo. Al igual que se sabe que la copa de helado Melba se creó para homenajear en Londres a una grandiosa cantante de ópera, Nellie Melba, famosísima por sus interpretaciones de la Gilda de Rigoletto o la Desdémona de Otelo (los billetes de cien 100 dólares australianos llevan su rostro impreso) y que el cóctel Bloody Mary (vodka, tomate, salsa inglesa, tabasco, pimienta, ramita de apio…) recuerda en su nombre a la reina María Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, a quienes sus súbditos denominaban ‘María la sanguinaria’ de tan cruel que fue reprimiendo la reforma anglicana, no hay quien no sepa que los sándwiches se llaman sándwiches en honor a John Montagu, (1718-1792) cuarto conde de Sandwich, ciudad histórica del sur de Inglaterra, en el condado de Kent.
Mucho antes de dar nombre a los emparedados, el señor conde fue alumno de Eton y del Trinity College, ministro de comunicaciones, Lord del Almirantazgo y secretario de Estado. Viajó por Grecia, Turquía y Egipto. Tuvo, esposa, amantes e hijos. Murió viejo y cansado. Dicen que amaba el trabajo y el juego. Que no se levantaba de ninguna de las dos mesas, ni de la de su cancillería ni de la de sus aristocráticas timbas a no ser que fuera estrictamente necesario. Y comer nunca fue una urgencia para él.
Cuando sentía hambre, pedía a sus sirvientes le trajeran trozos de ternera fría. Como no quería mancharse las manos ni usar cubiertos, insistía en que se los presentasen entre dos rebanadas de pan. Sus compañeros de gobierno y partida de cartas les decían a sus criados les preparasen lo mismo que a Sandwich. Y ya está, así se escribe (y se saborea) la Historia,
Era previsible que Lord Sandwich y Panchito, Panchito y el conde Montagu, dos grandes bon vivants, amantes del buen té, el buen café, el mejor chocolate y los sabores más exquisitos, acabaran por encontrarse. Y tiene su lógica que lo hayan hecho en Donostia. En nuestra boutique de la calle Fuenterrabía donde desde no hace tanto, se ofrecen a nuestros clientes y amigos; a quienes van de compras, a la playa, al trabajo o al mercado un surtido de los mejores productos de la muy británica (aunque con el punto travieso de un gato madrileño y la sede comercial en el muy regio Camino de la Zarzuela nº 1 de Madrid) British Sandwich Factory.
Lord Sandwich le ha traído a Panchito para que los comparta con todos nosotros, vosotras, vosotros, vosotres, unos cuantos Sandwich Club Deluxe con su pan de molde de cuatro cereales y cuatro semillas, su harina de cebada, su pechuga de pollo, su tomate, sus huevos de gallina (criada en suelo), su mayonesa, su bacon, su mostaza y su sésamo tostado…. Trajo también hace unos días otros tantos sandwiches vegetales con su queso crema, su tomate, su cebolla caramelizada.
A cambio de unas buenas tazas de té del emperador, invitó a Panchito a un bocadillo (no sándwich, bocata redondo) de pan de centeno con queso de cabra, tomate seco, rúcula y piñones. Al ver que nuestro chambelán zumbón le ofrecía un capuccino bien espolvoreado de canela, el cuarto conde de Sandwich sacó de su levita un wrap de roast beef y queso brie, delicioso ‘atado’ con espinacas y mostaza de Dijon, todo ello envuelto en tortillas de trigo….
Lo dicho, era lógico que algún día el fantasma feliz de Lord John Montagu visitase Donostia San Sebastián, se encontrase con Panchito y se fueran los dos a comer unos buenos emparedados y a beber buen café o té a la plaza Gipuzkoa. O a la del banco Sabadell, antes Guipuzcoano.
Probad las delicias frescas, sabrosas, naturales que inventadas hace siglos , en Inglaterra y modernizadas ahora mismo en una factoría artesana de San Agustín de Guadalix llegan casi a diario a Panchito de Fuenterrabia Street.
Buen provecho, Bon Appétit. On egin dizuela. Enjoy your sándwich, milady, milord.
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